La comarca de La Vera en Cáceres

La vera

La comarca de la Vera es una de las riquezas naturales del norte de la provincia de Cáceres, situada entre el río Tiétar y la Sierra de Gredos ha sido elegida en numerosas ocasiones a lo largo de la historia como enclave inigualable para diversas civilizaciones, incluso anteriores a la romana. Por aquí pasaron los Vetones y otras civilizaciones prehistóricas. Con orgullo, dicen por sus pueblos que allí nació Viriato, pastor que frenara el avance romano allá por el siglo II a.c. Si bien en este caso, como Colón, parece tener muchas madres. Los romanos llamaron a la Vera “los Campos Elíseos” por su fertilidad y esplendida belleza natural.

En los últimos años, esta comarca extremeña, ha pasado de depender de la agricultura como motor económico a basar sus ingresos en el turismo rural, cultural y de naturaleza. Su cercanía a Madrid supuso el empuje definitivo en esta reconversión. Por tanto no es raro disfrutar hoy de Casas Rurales, tanto en núcleos urbanos como apartadas, perfectamente acondicionadas y del agrado del usuario más exigente.

Son 19 los pueblos que conforman esta comarca extremeña, todos dispersos por el sur de la Sierra de Gredos, por eso poseen todos unas características climatológicas similares. Siendo su característica natural más destacada, y apreciada por el turista en verano, las gargantas que bajan el agua de la Montaña a los arroyos y ríos.

Uno de los eventos más significativos del calendario en la Vera son los “empalaos” durante Semana Santa en Valverde de la Vera. A lo largo de la noche del Jueves Santos, lugareños motivados por una promesa, salen a las calles del pueblo a hacer su Vía Crucis personal. Descalzos y atados brazos y torso desnudos  fuertemente con una soga de esparto a un timón de castaño, recorren las calles del pueblo pasando por cada una de las 14 cruces que hay en el pueblo, arrodillándose delante de cada una de ellas y delante de cada empalao con el que se cruzan por el camino. Una enagua blanca le cubre la cintura y cruzadas en la espalda dos espadas que sobresalen por encima de su cabeza, de sus brazos cuelgan un par de vilortas, con tres aros cada una, y la toga, el símbolo del Crucificado. Cubren su rostro con un velo blanco coronado de espinas. El penitente, el empalao, es acompañado por su Cirineo, que oculta su rostro bajo una manta y le ayuda alumbra con un farolillo el camino.

Guijo de Santa Bárbara, Valverde de la Vera, Losar… pueblos con encanto e historia que harán las delicias del visitante más exigente.

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